te que se pusiera en práctica un plan de estudios aecuado a nuestra época".
Ya los nombres de Guillermo Grajeda Mena, Dagoberto Vásquez, Juan Antonio Franco, y otros más, se habían hermanado para continuar una senda plural, abierta a las nuevas concepciones y hábitos estéticos y libertarios; senda marchada con amplitud imaginativa, con definido fervor plástico, civico y huemano, con forma y contenido claramente moderno. En síntesis: Con verdad, pasión, arte.
Guillermo Grajeda Mena se encaminó a nuestras raices. Hurgó en el mundo indígena; proliferó en esbozos y realizaciones; no sólo fue el boceto ni la caricatura de trazo auténtico. Siguió adelante y fue también la piedra y lienzo y el dibujo. Y vino el viaje. El irse y el tomar camino para tornar después a las amadas latitudes y el ver pasar los años siempre firme y siempre en marcha: Junto a aconteceres vitales que iban marcano más su senda, puliendo más su tránsito, reafirmando su vocación.
