Estar involucrado en estos trabajos hizo que el artista conociese a grandes personalidades de la arqueología, tanto nacionales (Gustavo Espinoza, por ejemplo), como extranjeros (Doctor Enrique Berlín, para citar a uno). Para desarrollar su trabajo tuvo que investigar, desde un punto de vista artístico, los glifos, las figuras, las representaciones y la historia de las piezas mayas que tuvo a la vista.
En el caso particular del Templo VI de Tikal, MENA, colgado en un andamio, durante el día esgrafiaba los jeroglíficos en estuco de la cresta del templo, por la tarde se los llevaba a los glifólogos y estos los analizaban, cuestionando por las noches al artista sobre las posibilidades de variaciones de lo esgrafiado.
Agudo investigador, atento oyente de los expertos y sensible artista, entendió la línea maya, enamorándose de ella, haciéndola su estilo futuro. En los cuadernos de apuntes que dejó como legado, se aprecian comparaciones de distintas piezas arqueológicas que versan sobre el mismo tema, tres de estos cuadernos están en la Universidad Francisco Marroquín.
Estando en estas funciones, en el propio IDAEH y en Museo Nacional de Arqueología y Etnologia (MUNAE) realizó los dibujos para las fichas de archivo de muchas piezas arqueológicas mayas de la colección nacional, 20 de estos dibujos fueron publicados en la carpeta 20 Dibujos Mayas.
Otra carpeta de obras que es meritorio citar, es la de los dibujos excéntricos. Esta serie de dibujos hechos con lapicero azul, presentan varias figuras inspiradas en las pequeñas piezas de obsidiana halladas en Mesoamérica. La serie original de estos dibujos pertenece a la UFM.
GALERÍAS